No nos engañemos, tanto hombres como mujeres: Si algo se exhibe, se mira y se olvida, y si algo se nos sugiere, tratamos de verlo y no se nos olvida tan fácilmente. Y al cabo de cierto tiempo, conseguí admirar aquella belleza al natural, pero en la «pseudo-intimidad» que brinda la playa nudista a la que la invité y curiosamente aceptó, supongo que como desafío.