Ya en el interior, el presunto autor de los hechos, que ya está identificado, también se habría apoderado de una gorra de Cristiano. Un año después plasmaba una equipación plagada de logos y colores corporativos de Pepsi. Lástima que toda la inteligencia que tenía la ponía en el terreno de juego, porque fuera de él deja mucho que desear… Schuster y Moby Gil siempre se llevaron de maravilla y la verdad es que eran tal para cual.