El marcador final fue de 2:2 (Adriano empató en el último minuto cuándo la albiceleste se estaba quedando con el título), por lo que se tuvo que recurrir a una definición en la serie de penaltis. En esa instancia los jugadores Andrés D’Alessandro y Gabriel Heinze erraron sus ejecuciones, mientras que todos los jugadores brasileños anotaron sus tiros, permitiendo a Brasil ser campeón.